Estados Unidos ha bombardeado tres bases nucleares iraníes en la noche de este sábado, según ha informado el propio presidente, Donald Trump, a través de sus redes sociales. La acción representa que Washington, de la mano de un presidente que hizo campaña asegurando que evitaría implicarse en los conflictos en el exterior, vuelve a estar implicado en un enfrentamiento bélico en Oriente Próximo: se ha insertado en la guerra entre Israel e Irán, del lado de Israel.
Las bases
atacadas son las de Fordo, donde los expertos calculan que se encuentra el
grueso del programa nuclear iraní; Natanz, e Isfahan, donde se cree que Teherán
almacena sus misiles balísticos de mayor alcance.
“Hemos completado
nuestro ataque muy exitoso contra las tres bases nucleares de Irán, incluidas
Fordo, Natanz, Isfahán. Todos los aviones están ya fuera del espacio aéreo
iraní” y de regreso a sus bases, ha indicado el presidente estadounidense, que
este sábado por la tarde había mantenido una reunión con su Consejo de Seguridad
Nacional en la Casa Blanca.
Horas antes,
aviones bombarderos B-2 habían partido de su base en Wisconsin en dirección
hacia Asia, según confirmaron altos cargos del Gobierno estadounidense.
Trump, que en
principio tiene previsto asistir la semana próxima a la cumbre de la OTAN en La
Haya, ha agregado que sobre Fordo, “la base principal”, se arrojó “una carga
entera de BOMBAS”. Según fuentes del Pentágono, el presidente se refería a las
las bombas antibúnker de más de 13.000 kilos conocidas como GBU-57, las únicas
consideradas con capacidad para alcanzar la profundidad necesaria en el
subsuelo como para alcanzar Fordo, fuertemente protegida en el interior de las
montañas al sur de Teherán.
“Enhorabuena a
nuestros fenomenales Guerreros Estadounidenses, No hay ningún otro Ejército en
el Mundo que pudiera haberlo hecho. ¡Ahora ha llegado el momento de la
paz", concluye el presidente estadounidense.
Estados Unidos
mantiene cerca de 40.000 soldados en Oriente Próximo. Además, ante las
tensiones en la región había reforzado su presencia militar en Oriente Próximo
con el envío de cazas F-16, F-22 y F-35, además del portaaviones Nimitz, que se
desplazó a la región desde el sureste asiático.
Mientras, el
presidente estadounidense utilizaba una retórica cada vez más bélica para
exigir a Irán que aceptase poner fin a sus actividades de procesamiento de
uranio y asegurar que en ningún caso se permitiría que ese país pudiera hacerse
con armamento nuclear. El lunes pasado había llegado a instar a la población de
Teherán a evacuar la capital iraní “lo antes posible”. Pero tres días más tarde
anunciaba, por boca de su portavoz, Karoline Leavitt, que se daría un plazo de
dos semanas para decidir, para dar una oportunidad a la vía diplomática. Ese
plazo acabó siendo de solo 48 horas.
El republicano adelantó que dará un mensaje sobre los ataques aéreos a Irán a las 22.00 de Washington desde la Casa Blanca. “Este es un MOMENTO HISTÓRICO PARA LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, ISRAEL Y EL MUNDO. IRÁN DEBE AHORA ACEPTAR PONER FIN A ESTA GUERRA”, escribió.
La ofensiva
estadounidense dada a conocer por Trump se ha lanzado apenas 24 horas después
de la reunión este viernes de representantes europeos con el ministro de
Exteriores iraní en Ginebra para tratar de llegar a un acuerdo sobre el
programa nuclear iraní.
El mismo viernes,
en declaraciones mientras se dirigía a su club de golf en Bedminster (Nueva
Jersey) y pocas horas después de que concluyera esa ronda de conversaciones,
Trump se había declarado pesimista sobre la posibilidad de que esos contactos
pudieran dar algún tipo de resultado positivo.
“Los iraníes no
quieren hablar con los europeos. Quieren hablar con nosotros”, sostenía
entonces. “Europa no va a poder ayudar”.
También en esas
declaraciones, el líder estadounidense se mostró muy crítico hacia sus
servicios de inteligencia y la directora nacional de inteligencia, Tulsi
Gabbard. La excongresista había declarado en marzo que Irán no se estaba
preparando para hacerse con una bomba nuclear. “Se equivoca”, declaraba Trump.
Irán ha negado
una y otra vez estar desarrollando armamento nuclear. Pero Israel rechaza esas
afirmaciones y el 13 de junio lanzó un primer ataque contra instalaciones
nucleares y militares iraníes. Teherán devolvió el golpe al día siguiente, y
desde entonces ambos países intercambian fuego regularmente. En sus ataques, los
aviones israelíes han buscado ir desmantelando el sistema de defensas
antiaéreas de su enemigo.