Luis Enrique hizo
historia este sábado en Múnich. Bordó la primera ‘Champions’ del PSG y completó
el primer triplete del fútbol francés, el segundo de su carrera, tras destrozar
al Inter de Milán (5-0) con una exhibición sin precedentes en el Allianz Arena
y con un equipo que moldeó a su antojo, que esculpió hasta erigirlo como el rey
de Europa en una temporada para el recuerdo.
Al ritmo de
‘olés’ terminó el PSG. Y no es para menos. Nunca en la historia en una final de
Liga de Campeones o de Copa de Europa hubo una diferencia de 5 goles. Gigante
la gesta de Luis Enrique, que consiguió lo que el PSG no pudo con Messi, Neymar
o Mbappe. Nuevo rey de Europa. Arquitecto de un equipo temible, líder de un
atropello sin precedentes en un partido de este nivel. Directo al Olimpo de la
Liga de Campeones este PSG en su primer triunfo.
Lejos quedan ya
esos primeros meses de incertidumbre que a punto estuvieron de dejar fuera al
PSG de esta competición. Es como si no hubieran existido, como si no se
correspondieran con el equipo que obró el partido perfecto en el Allianz Arena,
que despojó de toda personalidad al Inter para golear en una final cuyo
resultado pudo ser hasta corto por su apabullante dominio.
Anuló por
completo Luis Enrique a Simone Inzaghi. Fue un baño táctico del español al
italiano, desquiciado en la banda ante la superioridad del PSG. Porque pocas
veces los ‘nerazuzrri’ se toparon con un domino tan evidente. Persiguieron
sombras. Defendieron encerrados. No pudieron salir a la contra.
Fue un completo
baño parisino. Vitinha, Fabián y Joao Neves jugaron al escondite, al
pilla-pilla en algunos casos, con un centro del campo tan maduro como el del
Inter. William Pacho fue un muro con Lautaro. Marquinhos un líder contra
Thuram. Hakimi un llegador. ‘Kvara’ una pesadilla en banda. Dembelé un alma
libre que destrozó los planes defensivos italianos, candidato claro al Balón de
Oro. Y Doue, el ejecutor.
Tardó poco el
francés de 19 años en romper el partido. En realidad lo hizo Vitinha con un
pase filtrado a la altura de unos elegidos. Pero la sangre fría que tuvo el
francés, protagonista de un partido de época, ganador del MVP, poseedor de una
madurez excesiva para alguien de su edad, sirvió para que Hakimi abriera el
marcador a puerta vacía. Lo hizo en la meta donde animó la afición del Inter.
Allí ganó un ‘Scudetto’. Pidió perdón.
Fue el primer gol
por el lado de un Dimarco que quedó señalado. Fue el punto débil del Inter y,
sumado a la locura de Doue, acabó derrotado. Ocho minutos pasaron hasta que
volvió a ser protagonista el galo. Culminó una contra casi ‘made in Inter’.
Desde la línea de fondo propia empezó el ataque relámpago, una contra perfecta.
‘Kvara’ cedió en
profundidad a Dembelé, que veloz vio la llegada de Doue. Cambió el lado del
ataque y el protagonista del partido, al menos uno de ellos, disparó para
recibir el favor de Dimarco, cuyo ligero toque acabó por batir a Sommer.
El PSG ya era
campeón. Por mucho que el Inter intentara reaccionar a balón parado, con dos
cabezazos de Thuram y Acerbi. Estaba sobre la lona el equipo italiano. Y no le
dejaron levantarse. Porque justo cuando parecía que podía intentar un amago de
remontada, nada más empezar el segundo acto, se encontró con la sentencia.
A cargo de un
Doue desatado, rematador en una jugada con sello de autor. Tacón de Dembelé
para liberar la presión en el centro del campo. Asistencia de Vitinha. Y
definición perfecta del extremo, asentado ya como una realidad.
Era ya una locura
de final. Un baño de proporciones bíblicas. Un partido para la historia. Un
título que tenía dueño desde el minuto 20 pero que el PSG empezó a celebrar en
el 63, con el tercer gol, desatado por la ovación que recibió Doue al ser
cambiado justo después del tanto.
Pero no se quedó
satisfecho el combinado parisino. Quiso que su primera ‘Champions’ quedara en
el recuerdo de la historia del fútbol. Y de eso se encargó ‘Kvara’, que tenía
un papel especial en este partido por su Nápoles, campeón de un ‘Scudetto’ que
arrebató al Inter. El georgiano, con la enésima exhibición de su corta carrera,
firmó el cuarto sin miramientos, como un regalo a todos los napolitanos.
No fue, ni
siquiera, el colofón final, encargado para Mayulu en el minuto 87, autor de un
gol que desató la fiesta en París. El PSG, campeón de Europa. Merecido ganador
de su primera ‘Champions’. Y Luis Enrique, autor de una gesta de dimensiones
gigantes.
Fuente:EFE