Los gobiernos de
Estados Unidos y Colombia llamaron a consultas a sus principales representantes
diplomáticos este jueves, en un nuevo episodio que profundiza el deterioro de
la relación entre ambos países, tradicionalmente aliados.
Washington fue el
primero en actuar, al ordenar el llamado a “consultas urgentes” de su encargado
de negocios en Bogotá, John McNamara. Según un comunicado del Departamento de
Estado, la decisión responde a «repudiables e infundadas declaraciones de los más
altos cargos del gobierno de Colombia», aunque no se precisaron detalles.
Poco después, el
presidente Gustavo Petro respondió llamando a su embajador en Washington,
Daniel García-Peña, para revisar la agenda bilateral en materia medioambiental,
migratoria, de lucha contra el narcotráfico y de conflictos regionales como los
de Venezuela, Cuba y Haití, reseña AFP.
La relación
bilateral atraviesa uno de sus momentos más tensos. Petro y el presidente
estadounidense Donald Trump han chocado recientemente por temas como las
deportaciones, aranceles y enfoques distintos sobre la lucha antidrogas. El
conflicto escaló tras la publicación de audios por el diario El País, que
sugieren un presunto complot golpista contra Petro, supuestamente con
participación de políticos colombianos y estadounidenses, y encabezado por el
exministro Álvaro Leyva.
Es una
conspiración con el narcotráfico y con la extrema derecha aparentemente
colombiana y norteamericana», declaró Petro, quien ya había denunciado en junio
un intento de golpe promovido desde sectores conservadores.
La Casa Blanca
expresó que, pese a las tensiones, Colombia continúa siendo un «socio
estratégico esencial», aunque advirtió que tomará medidas adicionales para
dejar clara su “profunda preocupación” por el rumbo de la relación bilateral.
El malestar de
Washington también estaría vinculado a la negativa del gobierno colombiano de
extraditar a dos guerrilleros acusados de narcotráfico, así como a su
acercamiento a China a través del proyecto de infraestructura de la Franja y la
Ruta.
Con poco más de
un año restante en su mandato, Petro insiste en replantear el enfoque en la
lucha antidrogas, al que califica como un “fracaso”, y promueve una estrategia
centrada en la reducción del consumo en los países desarrollados y la negociación
con los grupos armados.
Fuente: Versión
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