Este miércoles 29
de octubre, la Defensoría Pública de Río de Janeiro cifró en 132 la magnitud de
personas muertas en el megaoperativo realizado por la Policía un día antes, en
dos favelas de la ciudad. La institución policial señaló 119 muertos, incluidos
cuatro agentes. Y el Gobierno de ese estado indicó 121 fallecidos. Según el
gobernador regional, esas acciones tuvieron como objetivo el Comando Vermelho,
una importante banda de narcotraficantes, mientras la ONU exige investigaciones
y recuerda a las autoridades sus obligaciones en virtud del Derecho
Internacional y los DD. HH. A continuación, las claves del letal operativo.
Presuntos
narcotraficantes se sientan en el suelo tras ser detenidos por miembros de la
unidad especial de la policía militar durante un operativo policial contra el
narcotráfico en la favela do Penha, en Río de Janeiro, Brasil, el 28 de octubre
de 2025.
Presuntos
narcotraficantes se sientan en el suelo tras ser detenidos por miembros de la
unidad especial de la policía militar durante un operativo policial contra el
narcotráfico en la favela do Penha, en Río de Janeiro, Brasil, el 28 de octubre
de 2025. © Reuters/Aline Massuca
Es considerado el
operativo policial más mortífero en Río de Janeiro y uno de los más violentos
en la historia de Brasil.
Residentes de dos
zonas de la ciudad pasaron la madrugada de este miércoles 29 de octubre
recogiendo y apilando cuerpos, luego de que el martes la Policía lanzara una
operación que, asegura, estuvo dirigida contra “criminales” del Comando
Vermelho o Comando Rojo, que actúan en las extensas favelas de bajos ingresos
Complexo de Alemão y Penha.
132 personas
murieron, según señaló la Defensoría Pública de Río de Janeiro. Y la Policía
estatal redujo la cifra a 119, incluidos cuatro uniformados. El gobernador
Cláudio Castro declaró que los fallecidos eran "sin duda" criminales,
con excepción de los agentes que perdieron la vida en el operativo, ya que la
mayor parte del tiroteo se produjo en una zona boscosa. "No creo que nadie
estuviera caminando por el bosque el día del enfrentamiento", declaró a la
prensa.
Sin embargo,
surgen varios cuestionamientos en torno a lo que las familias y activistas de
derechos humanos denuncian como “masacre” por parte de las autoridades.
¿Cómo se llevó a
cabo el letal megaoperativo policial?
Alrededor de
2.500 policías y soldados brasileños participaron en el masivo operativo que
aseguran estuvo dirigido contra miembros de la banda de narcotraficantes
Comando Vermelho o Comando Rojo, en Río de Janeiro el martes 28 de octubre.
Los objetivos declarados
de la operación eran capturar a los dirigentes de la organización criminal y
limitar la expansión territorial del grupo, una banda que ha incrementado su
control sobre las favelas en los últimos años.
Pero los hechos
desencadenaron enfrentamientos armados y represalias por parte de pandilleros,
lo que generó escenas de caos en toda la ciudad.
81 sospechosos fueron arrestados y se incautaron 93 rifles y más de media tonelada de drogas, según informó el gobierno estatal.
“Los cobardes
ataques de criminales contra nuestros agentes no quedarán impunes”, declaró la
Policía Civil de Río mediante la plataforma X.
El megaoperativo
incluyó agentes en helicópteros y vehículos blindados en las extensas favelas
de bajos ingresos de Complexo de Alemão y Penha, que se extienden por el terreno montañoso
costero de la ciudad.
Las escuelas de
las zonas afectadas cerraron, una universidad local suspendió las clases y se
bloquearon calles con autobuses utilizados como barricadas.
Los pandilleros
atacaron a los agentes de la Policía con al menos un dron, indicaron las
autoridades. El gobierno del estado de Río de Janeiro compartió un video en X
que aparentemente muestra una aeronave no tripulada disparando un proyectil.
Entretanto,
imágenes en redes sociales mostraron fuego y humo elevándose desde las dos
favelas mientras se escuchaban disparos.
Según informaron
medios locales, presuntos miembros de pandillas bloquearon carreteras en el
norte y sureste de Río en respuesta al operativo. La empresa de autobuses Rio
Onibus indicó que se ordenó el uso de al menos 70 autobuses para los bloqueos,
lo que causó daños considerables.
La operación del
martes fue el resultado de un año de investigación sobre el grupo criminal,
informó la Policía.
¿Operativo contra
“narcoterrorismo” o "brutalidad" policial?
El gobernador de
Río de Janeiro, Claudio Castro, sostuvo este miércoles que los muertos en la
operación policial eran "sin duda" criminales. El Gobierno estatal de
Río también señaló que las personas fallecidas se habían resistido al arresto.
Castro había
afirmado el martes que Río de Janeiro está en guerra contra el
“narcoterrorismo”, un término que evoca la ofensiva de la Administración del
presidente de EE. UU., Donald Trump, contra el narcotráfico en Latinoamérica.
Castro, del
opositor Partido Liberal, agregó que el Gobierno federal debería brindar mayor
apoyo para combatir el crimen, criticando así a la Administración del
presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva.
Pero las familias
de los muertos, la ONU y activistas de derechos humanos tienen una apreciación
distinta.
El activista
local Raull Santiago, quien declaró haber formado parte de un equipo que
encontró unos 15 cuerpos antes del amanecer, señaló una “brutalidad” por parte
de las fuerzas de seguridad.
"Vimos personas ejecutadas: disparos por la espalda, disparos en la cabeza, heridas de arma blanca, personas atadas. Este nivel de brutalidad, el odio desatado (...) No hay otra forma de describirlo que como una masacre", expresó Santiago.
Los dolientes
reaccionan mientras la gente se reúne alrededor de los cuerpos, al día
siguiente de una operación policial mortal contra el narcotráfico en la favela
do Penha, en Río de Janeiro, Brasil, el 29 de octubre de 2025.
Los dolientes
reaccionan mientras la gente se reúne alrededor de los cuerpos, al día
siguiente de una operación policial mortal contra el narcotráfico en la favela
do Penha, en Río de Janeiro, Brasil, el 29 de octubre de 2025. ©
Reuters/Ricardo Moraes
Entretanto,
cientos de residentes y familiares de las víctimas rodearon los cuerpos,
algunos llorando mientras otros gritaban “masacre” y luego coreaban “justicia”,
describió un periodista de la agencia de noticias AP en el lugar.
Río de Janeiro ha
sido escenario de redadas policiales letales durante décadas. En marzo de 2005,
unas 29 personas murieron en la Baixada Fluminense, mientras que en mayo de
2021, 28 fueron asesinadas en la favela Jacarezinho.
Sin embargo, la
magnitud y la letalidad de la operación del martes no tienen precedentes,
afirmó Luis Flavio Sapori, sociólogo y experto en seguridad pública de la
Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais. "Lo que diferencia al
operativo de hoy es la magnitud de las víctimas. Son cifras de guerra",
remarcó.
“La Fiscalía debe
abrir sus propias investigaciones y esclarecer las circunstancias de cada muerte”
Organizaciones no
gubernamentales expresaron rápidamente su preocupación por el elevado número de
víctimas mortales y exigieron investigaciones. La Oficina del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirmó que este hecho se suma
a la tendencia de consecuencias extremadamente letales derivadas de las redadas
policiales en las comunidades marginadas de Brasil.
"Recordamos
a las autoridades sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los
derechos humanos e instamos a que se realicen investigaciones rápidas y efectivas",
expresó en un comunicado.
César Muñoz,
director de Human Rights Watch en Brasil, calificó los hechos como “una enorme
tragedia” y un “desastre”.
“La Fiscalía debe
abrir sus propias investigaciones y esclarecer las circunstancias de cada
muerte”, afirmó Muñoz en un comunicado.
Por su parte,
Filipe dos Anjos, secretario general de FAFERJ, organización que defiende los
derechos de las favelas, afirmó que este tipo de operativos policiales no
resuelven el problema, ya que las personas asesinadas son fácilmente
reemplazables.
“En unos treinta
días, el crimen organizado ya se habrá reorganizado en el territorio, haciendo
lo de siempre: vender drogas, robar mercancía, cobrar sobornos y comisiones”,
declaró.
“En términos de resultados concretos para la población, para la sociedad, este tipo de operativo no logra prácticamente nada”, agregó.
El Instituto
Marielle Franco, una organización sin fines de lucro fundada por la familia de
la concejala asesinada para continuar su legado de lucha por los derechos de
las personas que viven en las favelas, también criticó la operación.
"Esto no es
una política de seguridad pública. Es una política de exterminio que convierte
la vida cotidiana de las personas negras y pobres en una ruleta rusa",
afirmó en un comunicado.
¿Qué responde el
Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva?
El presidente
Luiz Inácio Lula da Silva, quien regresó a Brasilia en la noche del martes tras
su viaje a Malasia, aún no se ha pronunciado públicamente sobre los operativos.
Según informó su
oficina, Lula se reunió este miércoles con el vicepresidente Geraldo Alckmin y
miembros de su gbinete para tratar el asunto.
Luego de que el
gobernador Castro declarara que Río de Janeiro estaba “solo en esta guerra” y
que el Gobierno federal debería brindar mayor apoyo para combatir el crimen– en
una crítica al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva– el Ministerio de Justicia
reprochó los señalamientos.
La cartera
aseguró haber respondido a las solicitudes del Gobierno de ese estado para
desplegar fuerzas nacionales, renovando su presencia en 11 ocasiones.
Gleisi Hoffmann,
enlace del Gobierno de Lula con el Parlamento, coincidió en que se necesita una
acción más coordinada, pero señaló la reciente ofensiva contra el lavado de
dinero como ejemplo de la acción del Gobierno federal contra el crimen
organizado.
El jefe de
gabinete de Lula, Rui Costa, convocó una reunión de emergencia este miércoles
en Río de Janeiro con las autoridades locales y el ministro de Justicia,
Ricardo Lewandowski.
El megaoperativo
policial tuvo lugar días antes de que Río de Janeiro acoja eventos mundiales
relacionados con la cumbre climática de las Naciones Unidas, conocida como
COP30, incluyendo la cumbre mundial C40 de alcaldes que abordan el
calentamiento global y el Premio Earthshot del príncipe Guillermo de
Inglaterra.
Río de Janeiro ha
sido sede de varios eventos mundiales en la última década, incluyendo los
Juegos Olímpicos de 2016, la cumbre del G20 de 2024 y la cumbre de los BRICS en
julio, sin que se registrara una violencia de la magnitud registrada el martes.
Fuente: Reuters y AP