Ucrania y Estados
Unidos se preparan para iniciar en Suiza una ronda de consultas de alto nivel
con el objetivo de explorar los parámetros de “un futuro acuerdo de paz» que
ponga fin a la guerra con Rusia.
La delegación
ucraniana, encabezada por Andrii Yermak, jefe de gabinete del presidente
Volodimir Zelenski, estará integrada por altos funcionarios de seguridad y
mantendrá encuentros con representantes estadounidenses en los próximos días.
El proceso se enmarca en el plan impulsado por la administración de Donald
Trump, que busca una salida negociada al conflicto y podría tener repercusiones
para la soberanía ucraniana y la seguridad europea.
El inicio de las
conversaciones fue anunciado por Rustem Umerov, secretario del Consejo de
Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, quien detalló que las consultas se
celebrarán en Suiza y reunirán a altos responsables de ambos países. Umerov
agradeció la disposición de Estados Unidos para entablar un diálogo sustancial
y subrayó la importancia de estas negociaciones para definir los posibles
parámetros de un futuro acuerdo de paz. El presidente Zelenski firmó un decreto
que establece la composición de la delegación ucraniana y aprobó las
instrucciones para la negociación, reafirmando que los representantes de Kiev
defenderán los intereses legítimos del pueblo ucraniano y los fundamentos de la
seguridad europea.
“En los próximos
días iniciaremos en Suiza consultas entre altos responsables ucranianos y
estadounidenses sobre los posibles parámetros de un futuro acuerdo de paz”,
indicó en Facebook Umerov.
El plan de paz
propuesto por Trump contempla una serie de condiciones que han generado debate
tanto en Kiev como en Moscú. Entre los puntos centrales figura la cesión a
Rusia de amplias zonas del Donbás, así como la división de las regiones de
Kherson y Zaporizhzhia conforme a la línea actual del frente de combate.
Además, el documento exige que Ucrania reduzca sus fuerzas armadas a 600.000
efectivos y que la OTAN se comprometa a no desplegar tropas en territorio
ucraniano, mientras que los aviones europeos de apoyo defensivo permanecerían
estacionados en Polonia. El plan también incluye garantías de seguridad para
Kiev por parte de Washington y sus aliados europeos, equiparables a los
compromisos de la OTAN en caso de agresión a uno de sus miembros.
El mandatario
ucraniano reconoció la dificultad de la decisión, al tener que elegir entre
“perder su dignidad o a un socio clave”, y reiteró que Ucrania “nunca será un
obstáculo para la paz”. La presidencia ucraniana ha insistido en que sus
representantes defenderán los intereses nacionales y que cualquier acuerdo debe
respetar la soberanía y la integridad territorial del país.
Trump ha fijado
un plazo de menos de una semana para que Zelensky se pronuncie sobre el plan,
advirtiendo que, de no aceptarlo, Ucrania deberá continuar combatiendo.
Por su parte,
Vladimir Putin ha manifestado que el plan estadounidense podría servir de base
para un acuerdo definitivo, aunque advirtió que Rusia está preparada para
conquistar más territorio si Kiev rechaza la propuesta. Putin destacó que el
documento recoge varias de las exigencias rusas, como las cesiones
territoriales y la reducción del ejército ucraniano, pero señaló que hasta el
momento solo se ha discutido a grandes rasgos con Estados Unidos y que espera
una discusión profunda de todos los detalles. El mandatario ruso subrayó que,
en caso de rechazo, Moscú continuará sus ofensivas militares para alcanzar sus
objetivos, citando la reciente captura de la ciudad de Kupiansk como ejemplo de
lo que podría repetirse en otras zonas clave del frente.
