El cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, otrora una
figura relevante en la Curia Romana pero caído en desgracia tras acusaciones de
corrupción por parte del difunto Papa Francisco, confirmó que no participará en
el Cónclave que se inaugurará el próximo miércoles 7 de mayo para elegir al
nuevo papa.
La decisión, comunicada a través de un breve mensaje, estuvo
motivada por su deseo de contribuir a la serenidad by a su «lealtad al Papa
Francisco», según aseguró el propio religioso, quien había participado en todas
las reuniones preparatorias de cara al cónclave.
“Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he
servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como contribuir a la
comunión y serenidad del Cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a
la voluntad del Papa Francisco de no entrar en el Cónclave permaneciendo
convencido de mi inocencia”, escribió.
El cardenal Becciu, de 76 años, fue prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos hasta 2020, cuando renunció a sus
derechos como cardenal elector tras ser señalado en una investigación sobre
irregularidades en la gestión de fondos vaticanos, especialmente en la compra
de un edificio en Londres.
¿De qué se le acusa al cardenal Angelo Becciu?
El cardenal Giovanni Angelo Becciu ha sido acusado
principalmente de malversación de fondos, abuso de poder y fraude en relación
con la gestión de fondos vaticanos. Las acusaciones se centran en varios
episodios, siendo el más destacado su presunta participación en la compra de un
edificio en Londres por parte de la Secretaría de Estado del Vaticano entre
2014 y 2018.
Becciu, como sustituto de la Secretaría de Estado
(2011-2018), estuvo involucrado en una inversión de aproximadamente 350
millones de euros de fondos vaticanos para adquirir un edificio de lujo en
Chelsea, Londres. La operación, realizada a través de intermediarios y fondos
de inversión, resultó en pérdidas significativas para el Vaticano y se alega
que incluyó pagos inflados y comisiones opacas.
Durante el juicio, surgieron acusaciones de que Becciu
desvió fondos vaticanos a cuentas personales, incluyendo pagos a una mujer,
Cecilia Marogna, quien supuestamente recibió 575,000 euros para operaciones de
inteligencia y liberación de rehenes, entre ellos una monja colombiana
secuestrada por Al Qaeda, pero se alega que usó parte del dinero para gastos
personales.
También se le acusó de canalizar fondos vaticanos a una
cooperativa en Cerdeña, gestionada por su hermano, bajo el pretexto de
proyectos caritativos. Durante la investigación, se sugirió que Becciu intentó
influir en testigos y encubrir pruebas.
Fuente: El Heraldo